martes, 23 de diciembre de 2014

La noche del 13 de diciembre (no estaban todos los que eran pero eran todos los que estaban)


La noche del trece de diciembre, en el restaurante La Mezquita de Alcorcón, Verbo Azul celebró la ya tradicional cena anual de hermanamiento entre sus socios. A los ya casi fijos desde sus inicios, se unieron en este caso viniendo desde Cuba, Toledo y Getafe,  Alejandro Cernuda, Tano García-Page (ambos con esposa) y Manuel Cortijo respectivamente.. En un total hasta veintiséis personas disfrutamos de una gozosa hermandad y opípara cena en la que las mujeres lucieron como sólo ellas saben en estos casos.
Como también es costumbre, se homenajeó a uno de los socios, en este caso la persona que fue objeto de la loa y aplauso fue nuestra poeta y cantautora Ana Bella López Biedma, por su entrega y total dedicación según la placa otorgada. Hermoso y literario discurso de nuestra presidenta Ana Garrido que desgranó, utilizando versos de los poemas y canciones de Ana Bella,  lo que todos sentimos por la agasajada. Fluyeron romances en su honor y alguno que otro haciendo una llamada al estrechamiento del esfuerzo para conseguir objetivos. Agradeció con voz sorprendida y temblorosa la receptora del loor, que glosó lo que en su persona había supuesto Verbo Azul (Verbo Azul a la reciproca, a través de los presentes).

La disposición, alegría, canciones y un poco el vino, demoraron la noche hasta las tres ya dadas del nuevo día (o debían ser los años más cortos, o deberíamos repetir estos actos más a menudo).

Juan José Alcolea

A continuación el discurso de entrega de nuestra presidenta:

Como ya viene siendo costumbre cuando apunta diciembre, este grupo de locos que forma Verbo Azul se reúne en torno a una mesa para aunar los lazos de un encuentro que ya viene de antiguo, para celebrar todo lo conseguido y lo que está por venir, que es mucho. Así que aquí estamos de nuevo, esta vez no para escuchar lecturas o para intentar acercarnos a la belleza de la palabra. Nosotros ya estamos convencidos de su poder, de su inmensidad, convencidos y entregados a su liturgia, así que no voy a hablar de mariposas de espuma ni a contaros cómo me nacieron las distancias.

Este ha sido un año intenso, pleno de alegrías y de dificultades, de luces y de sombras. Muchas han sido los proyectos, las ilusiones, y mucho también, por qué no decirlo, el trabajo y el esfuerzo. Verbo Azul somos todos,  todos debemos trabajar juntos para llevar la nave a puerto seguro, remar para que el viento no nos gobierne a su capricho. Y todo eso pasa necesariamente por la voluntad y el compromiso. Hoy quiero hablaros  - permitidme - de una persona que siempre está ahí, pegada a la costumbre, iluminándonos con su voz, emocionándonos con su pasión, con su sonrisa. Con ella, junto a ella, Verbo Azul ha crecido, se ha hecho infinitamente más grande, más hermoso, como una ciudad amanecida. Llegó hace ya muchos años, después de ganar uno de nuestros certámenes con unos versos que, según ella - nosotros no estamos de acuerdo - eran apenas balbuceos. Desde entonces ha llovido mucho -últimamente mucho más-  y ella sigue aquí, sin límite, con nosotros, y sabe que aún le quedan - nos quedan - por vivir todas las vidas.

Por eso y porque de bien nacido es ser agradecido, Verbo Azul quiere esta noche ofrecerle toda la luz, todo el calor, todo el abrazo. Esta noche queremos devolverte de alguna manera, Ana Bella, eso que haces por nosotros, esa manera tan tuya de darte en la música y en la palabra. Gracias, Ana, gracias por todos estos años de amistad, por tu colaboración, por tu generosidad, por tu entrega. Sólo puedo decir eso, pero lo digo con mayúsculas y en nombre de todos,


G R A C I A S

Ana Garrido
Alcorcón, 13 de diciembre de 2014

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